Quiero volver by Daniel De la Peña

autor:Daniel De la Peña [Peña, Daniel De la]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2020-08-19T22:00:00+00:00

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MARTINA

¡Fiesta!

La mañana había sido una trepidante montaña rusa de emociones. Entre el sobresalto de despertar al lado de Bruno, mi desnudo integral para Mila y Silvia y el surrealista desayuno en la terraza de mis vecinos, necesitaba un poco de tranquilidad y regresar a mi lado más zen. ¡Sí, eso era lo que me hacía falta! Un poco de paz interior y exterior. O, dicho de otra forma, una charla gratificante con Úrsula. Habíamos terminado de comer en nuestro apartamento. Noe fue a dar un paseo para conversar con mayor privacidad con su prometido. Nosotras nos preparamos unos mojitos y nos tiramos en el sofá.

-Todavía no me creo lo que ha sucedido esta noche -confesé orgullosa-. Ayer, durante la cena, le dije a Bruno que quería tomarme con calma nuestra relación y unas horas después estábamos en su dormitorio haciendo el amor como salvajes.

-¡Sí, claro! ¡Tú dame envidia! -protestó Úrsula-. Llevo tantos días sin follar que un día de estos reviento mi satisfyer de tanto usarlo... Tengo que copiar la idea a Noemí y proponerle a Mario que practiquemos sexo telefónico.

-Lo siento cariño. Si quieres cambiamos de tema. -Intenté ser comprensiva.

-No, sigue, sigue... por lo menos me entretengo con tus historias -puntualizó y forzó una sonrisa.

Me levanté del sofá, la cogí de la mano y tiré de mi amiga para que se pusiese de pie. Le di un abrazo. Después, apoyé mis manos en sus hombros y sonreí.

-¡Vámonos de compras! -exclamé.

-¿Tan simple me crees que piensas que me vas a levantar el ánimo incitándome a consumir? -sacó a relucir su faceta de psicóloga.

-He visto en una tienda unas sandalias monísimas -señalé.

-¡Qué bien me conoces! Cojo el bolso y vamos a por ellas. -Se dio la vuelta antes de entrar en su habitación-. Pero que sepas que como no haya de mi número me deprimiré por tu culpa.

-Correremos el riesgo.

Mientras mi amiga iba a por sus cosas, incliné la espalda hacia atrás para mirar a través del gran ventanal del salón y averiguar si Bruno estaba en su apartamento. Solo vi a Silvia que hacía crucigramas en la terraza. Esta se percató de que la estaba observando y me saludó. Sonreí. Mi mirada se dirigió a la puerta de entrada de nuestro piso al escuchar cómo se abría. Entró Noemí con paso firme y una sonrisa gigante de oreja a oreja.

-Miedo me das... -dije sin pensar-. ¿Qué estás tramando?

-¿Sabíais que hay un pub ideal y divino cerca del castillo? -preguntó con picardía.

-Lo sabe toda Peñíscola -aseguró Úrsula al regresar al salón.

-¡Pues esta noche celebramos allí mi despedida de soltera! -Levantó los brazos y ladeo su cadera como si fuera una top model.

-¡Por fin un poco de acción y diversión! -exclamó la psicóloga-. Me parece un plan fabuloso. ¡Noche de chicas!

-¿Esta noche? -repliqué-. ¿No es muy corrido? Quizás sería mejor esperar unos días y hacerlo bien.

-La idea es bailar y beber, ¡eso sabemos hacerlo de maravilla! -bromeó Noe -. Además, tampoco puedo esperar mucho porque me caso en cinco días.

-¡Fiesta! -gritó Úrsula.

-Los domingos por la noche en verano son perfectos para corrernos una buena juerga -aseguró la gitana-.

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